sábado, 23 de febrero de 2019

Apuntes acerca de la Historia y Evolución de la Criminología. 6ta Parte (Principales escuelas criminológicas del siglo XX)

En esta última parte, hablaremos de las escuelas más representativas de la criminología en el siglo XX, dentro de ellas están: la Escuela Social, la Escuela Anomia y la Escuela Ecológica.

Escuela Social
Apoyada por el filósofo francés Émile Durkheim, esta escuela no tiene su fundamento en el contrato sino en la dialéctica (Lacayo, s.f.).

Para la escuela social, el presupuesto operante es el de la desigualdad material y la división del trabajo, y no el de la igualdad del contrato. Su sistema jurídico busca ante todo una justicia social y tiene un criterio político que busca la comprensión y mejoras sociales (Yukra, s.f.).

Según Lacayo (s.f.) tratándose del delincuente, la escuela social realiza los estudios de estos bajo un enfoque sociológico, la patología se desplaza del campo individual al social. Esta escuela introduce el estudio de la motivación en el delincuente y fue la primera en hacer la distinción entre lo patológico y lo no patológico, con énfasis en lo no patológico.

Para Yucra (s.f.) la clasificación de delito y delincuente, esta escuela nos dice que es normal, quedando a salvo la anormalidad biológica y sicología del delincuente.

Tiene una interpretación legal psico-socio-jurídica. Esta escuela permite un fuerte avance de la criminología y con el favorece la maduración de la misma hacia una ulterior integración, todavía inexistente, con el derecho pena (Grupo Akal, 2017).

El mérito principal de la escuela social radica en introducir el concepto de "función social del derecho", en el cual, la ley aparece como el mejor mecanismo para lograr una justa composición y un equitativo desarrollo de la sociedad. Yucra (s.f) nos afirma que este concepto de función social a su vez introdujo cambios de la mayor importancia en el derecho privado y en el derecho público, por ejemplo, con las figuras del abuso del derecho y de la expropiación, respectivamente y dio comienzo a la eliminación de la arraigada separación tajante entre lo privado y lo público, división sobre la cual se basan todos los sistemas jurídicos.

Escuela Anómica
La escuela anómica es otra de las escuelas que surgen en la historia de la criminología. Podemos decir que esta escuela se basa en la anomia, es decir en aquella situación que se produce cuando el desarrollo de la sociedad o el desarrollo social va desbordar todo control institucional.

El presupuesto operandi está fundamentado en la desigualdad material y una mayor división del trabajo. Sigue la responsabilidad en el campo individual pero aparece la tendencia a socializarla.

Es decir, esta escuela es de naturaleza puramente social, para ella el sistema jurídico tiene que estar dirigido a todo aquello que es contracultura, es decir, que está en contra de toda la cultura que pueda existir en la sociedad humana. El principal aporte fue el punto víctima de las peores críticas y rechazos: interpretación de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy representada en las cifras policiales de criminalidad.

Existe cierta desigualdad material por ello hay que proceder a una división del trabajo que sea mucho más correcta, y así de esta forma se pueda empezar a socializar un poco más a los individuos que forman parte de la sociedad.

La criminalidad va surgir de la propia sociedad y no del individuo, es decir, el individuo movido por la sociedad y por todo lo que en ella vive y en ella experimenta, va ser movido a delinquir y a entrar en el mundo de la delincuencia. Por esto, la pena no tiene que tener un enfoque puramente individual, hay que saber bien que tratamiento hay que dar a la misma. 

Esta escuela fue duramente criticada por sus comentarios de que la clase proletaria era la que principalmente delinquía en la sociedad basándose simplemente en posibles estadísticas, por ello es una de las escuelas menos importantes con muchos rechazos hacía la misma. 

Escuela Ecológica
Su fundamento teórico es el que la formación de la sociedad es orgánica y no contractual. El presupuesto operandi está basado en la desigualdad material y muy grande división del trabajo (Nicolás, 2013).

La responsabilidad de los delincuentes vuelve a ser una responsabilidad social, es decir hay que dejar a un lado todos aquellos esquemas individuales y entender que es la propia sociedad. Para Nicolás (s.f) esta escuela quiere que el sistema jurídico se fundamente en un equilibrio entre lo biótico y lo social y es asi como se centró sobre todo en estudiar y analizar toda la delincuencia de las mafias, esto es así ya que su sede se situaba en Chicago. 

Émile Durkheim (1858 - 1917) fue un sociólogo francés gestor de la escuela social de la criminología. Fue profesor de Pedagogía y Ciencias Sociales en la Facultad de Letras de la Universidad de Burdeos y mientras daba cátedras trabajó en su tesis doctoral basada en la división del trabajo social, y con el tiempo teorizó sobre las reglas del método sociológico (Anónimo, 2017). En 1897 publicó El suicidio.
Hasta aquel momento su contribución en la consolidación de la sociología como disciplina independiente fue notable, siguiendo cabalmente la línea positivista emprendida por Auguste Comte. Su teoría era que los desórdenes sociales no eran importantes o sus resultados no eran contundentes en el mundo moderno y podían ser tratados induciendo reformas sociales.
Con el tiempo Durkheim comenzó a analizar la influencia de las macro estructuras de la sociedad. También analizó los pensamientos y acciones de los individuos, en pocas palabras su intención era analizar la sociedad misma. Contribuyó enormemente a la formación de la teoría estructural funcional, que se centra en el análisis de la estructura social y la cultura, entendiendo que todos los fenómenos sociales deben ser comprendidos a partir de las creencias y prácticas sociales; valorando lo social sobre lo individual.
Esto supuso el alejamiento de la sociología con la filosofía, debido a que dotó de una identidad clara y particular a la disciplina sociológica. En ese momento el objeto distintivo de la sociología fue el estudio de los hechos sociales. Los hechos sociales entonces eran el objeto de estudio, como hechos sociales debían ser estudiados empírica y no filosóficamente.
Lacayo (s.f.) nos incdica que durante el estudio de la dinámica y funcionamiento de las sociedades complejas, surge la categoría que Durkheim adopta en su pensamiento: la anomia. Cuando comienza a analizar el funcionamiento de los dos tipos de sociedad se encuentra con dicha clasificación, la entendió como la carencia de solidaridad social, aplicada para la sociedad primitiva, asoció que esto se debía a un impacto de la modernización. Precisamente, Durkheim encuentra en el contrato social un factor de anomia, ya que no hay garantía de orden.

Para Nicolás (2013) el impacto de Émile Durkheim ha sido excepcional, su teoría funcionalista centra su cuidado en el funcionamiento, regularidades y normas de la sociedad. En esta teoría la función es un concepto que, expresa las relaciones existentes entre los elementos de un grupo y manifiesta la dependencia producida entre dichos elementos.


Émile Durkheim



Bibliografía.


Anónimo. (2017). Émile Durkheim. Recuperado de: https://historia-biografia.com/emile-durkheim/

Grupo Akal. (2017). Émile Durkheim y la sociología. Recuperado de:

Lacayo, E. (s.f.) Fundamentos de Criminología.

Nicolás, B. (2013). La escuela anómica y ecológica de la criminología. Recuperado de:

Yucra, J. (s.f.). Análisis de las escuelas y corrientes criminológicas estableciendo los fundadores de las escuelas y sus postulados. Recuperado de:

viernes, 22 de febrero de 2019

Apuntes acerca de la Historia y Evolución de la Criminología. 5ta Parte Escuela moral o cartográfica (Siglo XIX)

La Escuela Moral o Cartográfica, también llamada por Rodríguez (1981) Escuela Geográfica, Escuela Estadística Moral o Escuela Física Social fue fundada por Adolphe Quetelet en 1831 y va a ser el punto de enlace entre la escuela clásica y la escuela positivista (Hikal, 2009), de hecho Nicolás (2013) afirma que fue la escuela precursora del positivismo, al utilizar el método estadístico para analizar y dar soluciones a los problemas que existen en la sociedad.
Según Hikal (2009) su característica principal, es que no se va a ocupar del individuo como el que delinque, ni de sus causas o razones o de las causas del crimen, se ocupará del delito como un hecho social, colectivo, como un fenómeno de masas y utilizará métodos cuantitativos para estudiarlos, fundamentalmente la estadística.
Debido a lo anterior y dado que no interesa averiguar las causas del delito, sino observar su frecuencia, se concluye que el delito puede presentar patrones periódicos de ocurrencia debido a características de tipo social o estacional.
La afirmación anterior se debe a la concepción del delito por parte de esta escuela, ya que, de acuerdo a Quisbert (2004) a diferencia de las escuelas clásicas y positivistas, para la escuela moral, el delito es un fenómeno colectivo y hecho social, regido por leyes naturales, como cualquier otro suceso y requerido de un análisis cuantitativo, por lo que no se puede asociar con que es un acontecimiento individual.
Así, al ser el delito un fenómeno normal, inevitable, constante, regular y necesario, el único método adecuado para la investigación del crimen como fenómeno social y de magnitud es el Método Estadístico (Quisbert, 2004).
Resumiendo, a la escuela moral no le interesa el delincuente, ni sus causas, por lo que no las estudiarán, sino más bien sus formas de aparición, su frecuencia, su distribución y repartos, su volumen, su evolución y su dinámica.
Tres de los principales exponentes de esta escuela son Lambert Adolphe Jacques Quetelet, Andre-Michael Guerry y Alexander von Oettingen.
Lambert Adolphe Jacques Quetelet (1796-1874) fue un matemático, astrónomo, sociólogo y estadista belga, conocido por su aplicación de la estadística y teoría de la probabilidad a los fenómenos sociales (Tikkaken, 2019).
Según Nicolás (2013) Quetelet mantenía que el crimen y la actuación humana eran hechos que se regulaban por las leyes físicas y empezó a realizar una serie de análisis de la conducta delictiva en función de factores como la edad y el sexo.
Una de sus obras más importantes, de la cual obtiene las conclusiones que le dan paso a fundamentar la escuela estadística desde el punto de vista criminológico, es su obra “Investigaciones sobre las penas y el crimen en las diferentes edades” de 1831, donde analiza las estadísticas referentes a todos los asesinatos que se cometieron en Francia entre 1826 y 1831 (Hilka, 2009).
En este libro llega a las siguientes conclusiones:
  • El crimen es un fenómeno social, de masas no un acontecimiento individual.
  • El crimen es una magnitud asombrosamente regular y constante. El crimen se repite con una precisión mecánica, es producto de leyes sociales que el investigador debe descubrir y analizar.
  • Normalidad del delito desde un punto de vista estadístico, el delito es un fenómeno social, inevitable, necesario y constante. Se puede comparar la tasa anual de delitos con la de nacimientos o defunciones. Cualquier sociedad ha de pagar este tributo.

Como un aspecto curioso, Rodríguez (1981), Hilka (2009) y Nicolás (2013) se refieren a la relación encontrada por Quetelet entre el delito y factores como la situación geográfica, el analfabetismo, la miseria o el clima. Lo anterior lo llevo a otras conclusiones que más tarde definiría como las “Leyes Térmicas”, las cuales se resumen a continuación:
  •         Se observa que en invierno se cometen más delitos contra el patrimonio que en verano.
  •          Los delitos contra las personas suelen cometerse en verano.
  •          Los delitos sexuales suelen cometerse en primavera.


Lambert Adolphe Jacques Quetelet

André-Michael Guerry (1802-1866) fue un abogado y  estadista aficionado francés, quien junto con Quetelet se les reconoce como los fundadores de la Estadística Moral la cual ayudó al desarrollo de la criminología, la sociología y las ciencias sociales modernas (Joshi, 2018).

Según Quisbert (2004) y Nicolás (2013), Guerry fue el creador de los primeros mapas de la criminalidad en Europa concediendo importancia al factor térmico y fue el fundador de la escuela cartográfica franco-belga, donde intentó establecer una geografía de la criminalidad.

Él llegó a observar el volumen delictivo de un país así como la necesidad de explicar éste con un método estadístico. Introdujo la estadística en el estudio de los fenómenos humanos y en particular de la criminalidad.

Mapa de Guerry llamado “Crímenes contra las personas”, se encuentra en: “Ensayo sobre la estadística moral de Francia”, 1835.
De la figura anterior, se puede observar la variación de sombras por áreas y distribución geográfica, de acuerdo con Quisbert (2004) esas características fue lo que le ayudó a establecer las siguientes leyes:
-          Las zonas geográficas determinan la clase de delito.
o   En el Norte frío hay más delitos contra la propiedad,
o   En el Sur hay más delitos de tipo sexual contra las personas
-          La causa del delito es la pobreza. Esta incluye la miseria total, el desempleo, la ignorancia y la densidad de población.
Esto anterior, puede explicar porque las tasas de criminalidad son más elevadas en países con índices de pobreza, desempleo y densidad de población elevados como El Salvador, Honduras y México.  


André-Michael Guerry


Alexander von Oettingen (1827-1905) fue un estadista y teólogo luterano alemán que estudió la criminalidad conectándola con la sociedad, con los cambios que en la misma se producían por la guerra, las crisis económicas, etc. (Nicolás, 2013).

En 1868 escribió un libro titulado “Estadística Moral”, donde señala que existe una regularidad en la acción humana debido a la convivencia social humana, pero que hay libertad de acción del individuo, porque la regularidad de los números estadísticos morales nunca es absoluta (Anónimo, s.f.).

En este libro también estableció el concepto "Ética social", que se oponía al concepto de "Física social" de Auguste Comte, el cual establecía un concepto no personal y no ético-individualista, a esto anterior es lo que todavía se llama “ética protestante” y así es como se enseña en las universidades alemanas  (Anónimo, s.f.).


Alexander von Oettingen

Bibliografía.
Anónimo. (s.f). Alexander von Oettingen. Recuperado de:

Anónimo. (s.f). Sociology and Economics (“Moral Statistics”). Recuperado de:
Hikal, W. (2009). Introducción al Estudio de la Criminología. México. Editorial Porrúa.
Joshi, T. (2018). André Michel Guerry. Recuperado de:

Macho, M. (2014). Lambert Adolphe Jacques Quetelet. Recuperado de:

Nicolás, B. (2013). La escuela cartográfica o de estadística moral en criminología. Recuperado de:

Rodríguez, L. (1981). Criminología. Ciudad de México: Porrúa, 2ª ed., pp. 315 a 325.

Quisbert, E. (2004). Escuela Cartográfica, Estadística Moral o Física Social. Recuperado de:

Tikkaken, A. (2019). Adolphe Quetelet. Recuperado de:
https://www.britannica.com/biography/Adolphe-Quetelet

jueves, 21 de febrero de 2019

Apuntes acerca de la Historia y Evolución de la Criminología. 4ta Parte (Escuela Ecléctica (Siglo XIX)

La escuela ecléctica nace como una escuela intermedia (de ahí su nombre) entre la escuela clásica y la escuela positivista, caracterizando su corriente de pensamiento al integrar o conciliar postulados de ambas escuelas.
Lacayo (s.f.) establece que siendo que las diferencias entre la escuela clásica y positiva eran de reglas totalmente rígidas y excluyentes, el objetivo de la Escuela Ecléctica era la de romper con esas reglas y crear algo diferente.
Para Cortés (2017) la escuela ecléctica es mejor conocida como “Terza Scuola o Escuela del Positivismo Crítico” y su fundamento teórico se basa en el mismo que la Escuela Clásica, el cual es el contrato social, combinando los postulados de ambas escuelas creando la llamada Tercera Escuela, cuyo método resulto de la fusión del idealismo con el naturalismo.
Por el contrario, Manzanera (1981) afirma que no hay una Escuela Ecléctica, sino varias escuelas reunidas en esta corriente y para apoyar lo anterior, García-Pablos (2009) citado por Pérez (2016) coloca a la Terza Scuola
Entre las denominadas escuelas eclécticas (junto a la Escuela de Marburgo o Joven Escuela de Política Criminal y la Escuela o Movimiento de la Defensa Social), tres escuelas que pueden calificarse de “intermedias” (…) porque trataron de buscar el difícil equilibrio entre los postulados clásicos y los positivistas.
Siendo así, podemos concluir que dentro de esta corriente de pensamiento intermedia, existían diferentes posiciones o escuelas que nacieron a raíz del no convencimiento de los postulados rígidos de las escuelas clásicas y positivistas.
Los principios básicos de esta escuela, según Cortés (2017) son:

  • -      Imputabilidad basada en la intencionalidad de los actos del hombre
  • -       La naturaleza de la pena radica en la coacción psicológica
  • -       La pena tiene como fin la defensa social
Las características generales de esta corriente de pensamiento, propiamente de la Terza Scuola son:

  • -       Afirmación de la personalidad del derecho penal
  • -       Exclusión del tipo criminal
  • -       Reforma social como deber del Estado
De acuerdo a De Lavalle (s.f.) la Terza Scuola es una evolución atemperada de la Escuela Positiva italiana típica, pero con la variante fundamental de no reconocer el tipo criminal.
Con respecto a la pena, en esta escuela tiene el carácter de coacción sicológica a la que los asociados deben temer. Se crea para la defensa de la sociedad y tiene la capacidad intimidatoria de los sujetos que se dispongan a infringir la Ley (Principio de la prevención) (Cortés, 2017).
Los más destacados representantes de esta tendencia han sido Emanuele Carnevale, Bernardino Alimena y Giovan Battista Impallomeni.
Emanuele Carnevale (1861-1941) fue un abogado y político italiano quien fuera el autor del artículo-manifiesto «Una terza scuola di diritto penale in Italia» que publicó en 1891, para afirmar que se distanciaba tanto de la escuela clásica como de la escuela positiva, suscitando una gran polémica entre la doctrina italiana. Aquel texto fue el que acuñó el término Terza Scuola (Pérez, 2016).   
Emanuele Carnevale

Bernardino Alimena (1861–1915), profesor de derecho y también político, prefirió hablar de una “nueva tendencia” en lugar de emplear “escuela” en el libro “Naturalismo crítico e diritto penale” de 1892, pero coincidió con Carnevale en la necesidad de adoptar una posición intermedia entre las dos grandes corrientes de su época (Cortés, 2017).

Bernardino Alimena

Giovan Battista Impallomeni (1846-1907), contribuyó a redactar el Código Penal italiano de 1889. Defendió su idea de que el fin último de la pena debe cumplir una función social y no constituir una mera venganza del Estado hacia el delincuente. Junto a sus comentarios de las leyes punitivas, destaca su libro L’omicidio nel diritto penale (1902) (Pérez, 2016).

Giovan Battista Impallomeni

Como hemos podido ver, la escuela ecléctica es una corriente de pensamiento intermedio entre la escuela clásica y la escuela positivista. Dentro de esta escuela o nueva tendencia, se encuentran agrupadas otras escuelas que se negaban a aceptar la rigidez de reglas de las primeras, pero que coincidían en algunas reglas o principios de estas.

Bibliografía.
Cannistra, B. (s.f.). G. B. Impallomeni. Il Diritto e i diriti. Recuperado de:

Cortés, M. (2017). Escuela Ecléctica del Derecho Penal. Recuperado de:

De Lavalle, J. (s.f.). Tres Escuelas Penales. Recuperado de:

García-Pablos, A. (2009). Tratado de Criminología. Valencia: Tirant lo Blanch, 4ª ed., p. 421

Il primo scontro Comune - Vescovo per la pomice. (s.f.).  Recuperado de:

Lacayo, E. (s.f.). Fundamentos de Criminología.
Lacchite. (2015). Il tronfo della classe borghese: Bernardino Alimena. Recuperado de:

Pérez, C. (2016). Anécdotas y curiosidades jurídicas. Recuperado de:

Rodríguez, L. (1981). Criminología. Ciudad de México: Porrúa, 2ª ed., pp. 245 y 246. Recuperado de:
https://yorchdocencia.files.wordpress.com/2014/06/criminologc3ada-rodrc3adguez-manzanera-luis.pdf

miércoles, 20 de febrero de 2019

Apuntes acerca de la Historia y Evolución de la Criminología. 3ra Parte (Escuela Positivista, s. XIX)

En el apartado anterior, se determinó que la escuela clásica fue denominada de esa forma por Enrico Ferri para diferenciarla de la escuela positivista, esto lo deja más claro Molina (1988) cuando plantea que esta escuela nace como una reacción contra el clasismo liberal.
Para Lacayo (s.f) la aparición del positivismo fue consecuencia del auge alcanzado por las ciencias naturales en los estudios filosóficos del siglo XIX, siendo adoptado por muchas disciplinas. Por esta razón, y a diferencia de la escuela clásica que centraba su pensamiento en el castigo, los positivistas centraron su pensamiento en el delincuente en materia política (Hikal, 2009), tratando de poner en práctica la observación de los hechos utilizando las ciencias y con ello el método científico.
Esto último, en mi opinión, es lo que comienza a darle un matiz más científico y menos filosófico a la criminología como objeto de estudio, como ciencia verdadera, ya que se comienza a estudiar el delito, y al delincuente desde una óptica científica ya sea biológica, genética, psicológica, etc., dejando de lado el entorno y el ambiente, considerando estos últimos como disparadores del comportamiento, pero no condicionales del mismo.
Hikal (2009) considera que esta escuela se limita al estudio de lo real, por lo que apoya lo que anteriormente se menciona al respecto de rechazar los pensamientos filosóficos de la escuela clásica.
Según Lacayo (s.f.) los postulados de la escuela positivista se pueden resumir como siguen:
-          El delito, como fenómeno natural y social producido por causas de orden biológico, físico y social.
-          El delincuente, como protagonista de la justicia penal y en general de la ciencia criminal.
-          La negación del libre albedrío, dado que siendo el delincuente un anormal, este carece de libertad de elección.
-          La pena, toda vez que al no existir el libre albedrío, los actos cometidos contra la sociedad deben tener un castigo de acuerdo al crimen cometido.
-          El método, se rechaza lo abstracto para dar paso al método científico y a la observación.
-          La conducta humana, determinada por factores tanto socio-económicos, como biológicos, psicológicos y físicos.
Augusto Comte (1798-1857) es considerado por Lacayo (s.f.) como padre del positivismo, ya que a partir de sus propuestas se inicia el interés de clasificar las ciencias, por lo que se puede decir que la escuela positivista basa su objeto de estudio en los hechos a lo cierto, utilizando las ciencias y el método científico para extrapolar los resultados encontrados a la parte jurídica del derecho legal.
Otros representantes y fundadores de esta corriente positivista a quienes Molina (1988) cita como “Los Evangelistas” fueron: Cesare Lombroso, Rafaelo Garofalo y Enrico Ferri.

Comenzaremos con Cesare Lombroso (1836-1909) quien fue un médico y antropólogo italiano, considerado por muchos como el padre de la criminología (Sánchez, 2018), o como el fundador de lo que es la criminología científica (Alvarez, Montenegro y Martínez, 2012). Este título se debe a que fue el primero que estableció criterios para la determinación y diferenciación del delincuente, de esto hablaremos más adelante.

Para Alvarez et al (2012) las aportaciones más destacadas de Lombroso a la escuela positivista son la aplicación del método inductivo-experimental al estudio de la delincuencia y su concepción del criminal nato.

Su trabajo se desarrolló principalmente en los hospitales públicos donde él trabajaba o daba clases y luego de participar en la guerra de Italia en 1859, regresa al hospital de Santa Eufemia de Pavia a trabajar en el área de psiquiatría, fundando un área de enfermos mentales y donde terminaría desarrollando todos sus trabajos. Es entonces que de acuerdo a Osorio (2011), Lombroso publica en 1872 el libro “Memorias sobre los Manicomios Criminales”, donde considera que es necesario que existan manicomios para criminales, y que los locos no estén en las prisiones, sino que se les interne en instituciones especiales.
En 1876 publica el “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”, en el cual Lombroso expone su teoría. Se puede decir que con dicha obra comienza la Criminología como ciencia Osorio (2011). En este libro, Lombroso utiliza criterios obtenidos de sus estudios científicos para lograr la caracterización de seis tipos diferentes de delincuentes. Gracias a su teoría del hombre criminal, establece el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata (Lacayo, s.f.).
Los seis tipos de delincuentes determinados por Lombroso fueron:
-          Delincuente nato
-          Delincuente loco moral
-          Delincuente epiléptico
-          Delincuente loco
-          Delincuente ocasional
-          Delincuente pasional

De acuerdo a Alvares et al (2012) en otra de sus obras llamada “La Mujer Delincuente”, Lombroso expone la teoría de la Criminalidad por equivalencia, afirmando que la mujer se prostituye y por eso no delinque tanto como el hombre.
Cesare Lombroso

Siguiendo con los fundadores y representantes de la escuela positivista, le corresponde el turno a Rafaelo Garófalo (1851-1934) quien fuera un abogado italiano, el cual fue el primer autor en utilizar el término: criminología para referirse a la ciencia de estudiar a los delincuentes, delitos y controles sociales pertinentes a un crimen o a un potencial crimen (Ibarra, s.f.). En 1885 publicó Criminología, referente por demás histórico del nacimiento de tal disciplina. Lacayo (s.f.)
Para Garofalo el que el positivismo se centrara exclusivamente en la figura del delincuente en detrimento del delito era algo equivocado, por lo que él mismo define lo que es delito desde una óptica tanto antropológica como psicológica. Hikal (2009) nos comenta que para Garofalo el delito o acto criminal es aquel que va en contra de los sentimientos de piedad y de probidad (honradez), por lo que un delincuente es aquella persona que carece de estos sentimientos.
A diferencia de lo que la escuela clásica postulaba, Garofalo creía que los factores sociales tenían escasa relevancia si parte del principio de la existencia de condicionantes o valoraciones hereditarias, por lo que el componente medioambiental ocupa un segundo lugar y aunque igualmente compartía con Lombroso el hecho de que sus pensamientos y teorías iban en contra de lo que se creía correcto por parte de la escuela clásica de la criminología, Garofalo no estaba de acuerdo con Lombroso con la creencia en la que se afirmaba que los crímenes tenían raíces puramente antropológicas, ya que como se mencionó anteriormente, para él los crímenes combinaban componentes tanto antropológicos como psicológicos. Lacayo (s.f.) menciona que  Garofalo también coincide con Lombroso con la idea de anomalía psíquica o moral, pero para él no es patológica, sino una variación psíquica transmisible por vía hereditaria.



          Rafaelo Garofalo



Garofalo establecería una tipología de cuatro delincuentes (Hikal, 2009):
-          Asesinos.
-          Delincuentes violentos
-          Ladrones.
-          Criminales lascivos (degenerados).
Dentro de esta categorización sólo será criminal el asesino.
Garofalo fue de los que apoyó abiertamente la pena de muerte para el criminal, afirmaba que se debía eliminar a todo aquel que perturbara la convivencia social. Lo anterior se fundamenta en lo que propone Lacayo (s.f.) al decir que parte de la idea de la existencia de selección natural de las especies, en este proceso se condena a muerte a todo aquel que no se adapte al medio. “La sociedad como cualquier ente natural debe eliminar a aquellos que por su conducta criminal demuestran que no están adaptados a la vida civilizada”.
Por último y no menos importante hablaremos de Enrico Ferri (1856-1929), quien fuera un sociólogo italiano y es considerado el padre de la sociología criminal (Hikal, 2009). Ferri, como lo mencionamos en la segunda entrega, fue el que denominó a la escuela clásica como tal, ya que se encontraba fuera de la línea de pensamiento del positivismo. Esto lo logró gracias a sus estudios y observaciones sociológicas, donde afirmaba, según Lacayo (s.f.) que el hombre es una máquina que no posee autodeterminación con respecto a su conducta, sino que ésta era completamente predeterminada por distintos factores que en cierto momento invariablemente terminarían en la comisión de un delito. Igualmente, Alvarez, Montenegro y Martinez (2012) señalan que Ferri rechazaba totalmente el libre albedrío en contraposición total con la escuela clásica.
De lo anterior, notamos que Ferri creía que no solamente las variables socio-económicas influirían en un individuo a cometer un crimen, sino también de la existencia de otras variables como las biológicas y las genéticas, las cuales podrían igualmente influir en la realización de un crimen.
De acuerdo a Mariaca (2010) Ferri propone en su obra “Sustitutivos Penales” que se deben implantar otras clases de penas, como por ejemplo la readaptación, ya que las cárceles no consiguen ese fin y que por el contrario, son causa de mayor criminalidad, pues sostiene que es en las cárceles donde se forman individuos resentidos hacia la sociedad y al salir de ellas, cometen delitos más atroces como una venganza a la sociedad que los condenó.
De lo anterior, ponemos concluir que Ferri tiene toda la razón acerca del papel de las cárceles en nuestra sociedad, pues “las cárceles deben servir para la readaptación, no para su empeoramiento (Mariaca, 2010)”. Y es que, actualmente, vemos todos los días casos donde el delincuente es reincidente al no recibir un tratamiento adecuado mientras purgaba una condena previa y si las cárceles son incapaces de crear espacios para la readaptación del individuo y de su preparación a la reinserción a la sociedad, este tipo de comportamientos y casos, irán aumentando y el gasto de los recursos en contener y atacar la delincuencia serás escasos.



    Enrico Ferri

Para concluir, podemos señalar puntos importantes e interesantes de la escuela positivista, el primero de ellos es el establecimiento del concepto criminología y con ello el tratamiento dentro del panorama legal, sociológico y médico como una ciencia verdadera.
Segundo, la definición de los términos, delito, pena, delincuente, el objeto de estudio a través del método científico y el rechazo al libre albedrío, rompiendo cualquier relación con la naturaleza de la acción del ser humano por impulso o razonamiento, sino que acuña el hecho de que el que comete un crimen contra la sociedad, no es un hombre sano, por lo que no calza el libre albedrío en su accionar y por lo tanto debe ser castigado de acuerdo al crimen cometido.  
En la próxima entrega, se hablará de la Escuela Ecléctica Clásica del siglo XIX.
Bibliografía.
Alvarez, G., Montenegro, M. y Martinez, J. (2012). Unidad 1. Notas para la Historia de la Criminología. En Texto de Apoyo Didáctico. Facultad de Psicología, UNAM. 24 pp.

Hikal, W. (2009). Introducción al Estudio de la Criminología. México. Editorial Porrúa.

Ibarra, M. (s.f). Raffaele Garofalo: Biografía y Aportaciones. Recuperado de:

Mariaca, M. (2010).  "Enrico Ferri y la Sociologie criminelle". Recuperado de:

Molina, C. (1988). Evolución Histórica de la Criminología: Ensayo de Criminología Académica.  
           Revista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad Pontificia Bolivariana, 80, 123             – 165.

Lacayo, E. (s.f.). Fundamentos de Criminología.

Osorio, E. (2011). Psicología Criminológica. Recuperado de:

Sánchez, E. (2018). Cesare Lombroso y su clasificación de los criminales. Recuperado de: