En el
apartado anterior, se determinó que la escuela clásica fue denominada de esa
forma por Enrico Ferri para diferenciarla de la escuela positivista, esto lo
deja más claro Molina (1988) cuando plantea que esta escuela nace como una
reacción contra el clasismo liberal.
Para Lacayo
(s.f) la aparición del positivismo fue consecuencia del auge alcanzado por las
ciencias naturales en los estudios filosóficos del siglo XIX, siendo adoptado
por muchas disciplinas. Por esta razón, y a diferencia de la escuela clásica
que centraba su pensamiento en el castigo, los positivistas centraron su
pensamiento en el delincuente en materia política (Hikal, 2009), tratando de
poner en práctica la observación de los hechos utilizando las ciencias y con
ello el método científico.
Esto último,
en mi opinión, es lo que comienza a darle un matiz más científico y menos filosófico
a la criminología como objeto de estudio, como ciencia verdadera, ya que se
comienza a estudiar el delito, y al delincuente desde una óptica científica ya
sea biológica, genética, psicológica, etc., dejando de lado el entorno y el
ambiente, considerando estos últimos como disparadores del comportamiento, pero
no condicionales del mismo.
Hikal (2009)
considera que esta escuela se limita al estudio de lo real, por lo que apoya lo
que anteriormente se menciona al respecto de rechazar los pensamientos
filosóficos de la escuela clásica.
Según Lacayo
(s.f.) los postulados de la escuela positivista se pueden resumir como siguen:
-
El delito, como fenómeno natural y
social producido por causas de orden biológico, físico y social.
-
El delincuente, como protagonista de
la justicia penal y en general de la ciencia criminal.
-
La negación del libre albedrío, dado
que siendo el delincuente un anormal, este carece de libertad de elección.
-
La pena, toda vez que al no existir
el libre albedrío, los actos cometidos contra la sociedad deben tener un
castigo de acuerdo al crimen cometido.
-
El método, se rechaza lo abstracto
para dar paso al método científico y a la observación.
-
La conducta humana, determinada por
factores tanto socio-económicos, como biológicos, psicológicos y físicos.
Augusto Comte
(1798-1857) es considerado por Lacayo (s.f.) como padre del positivismo, ya que
a partir de sus propuestas se inicia el interés de clasificar las ciencias, por
lo que se puede decir que la escuela positivista basa su objeto de estudio en
los hechos a lo cierto, utilizando las ciencias y el método científico para
extrapolar los resultados encontrados a la parte jurídica del derecho legal.
Otros representantes
y fundadores de esta corriente positivista a quienes Molina (1988) cita como “Los
Evangelistas” fueron: Cesare Lombroso, Rafaelo Garofalo y Enrico Ferri.
Comenzaremos con
Cesare Lombroso (1836-1909) quien fue un médico y antropólogo italiano, considerado
por muchos como el padre de la criminología (Sánchez, 2018), o como el fundador
de lo que es la criminología científica (Alvarez, Montenegro y Martínez, 2012).
Este título se debe a que fue el primero que estableció criterios para la
determinación y diferenciación del delincuente, de esto hablaremos más
adelante.
Para Alvarez et al
(2012) las aportaciones más destacadas de Lombroso a la escuela positivista son
la aplicación del método inductivo-experimental al estudio de la delincuencia y
su concepción del criminal nato.
Su trabajo se
desarrolló principalmente en los hospitales públicos donde él trabajaba o daba
clases y luego de participar en la guerra de Italia en 1859, regresa al
hospital de Santa Eufemia de Pavia a trabajar en el área de psiquiatría,
fundando un área de enfermos mentales y donde terminaría desarrollando todos
sus trabajos. Es entonces que de acuerdo a Osorio (2011), Lombroso publica en
1872 el libro “Memorias sobre los Manicomios Criminales”, donde considera que
es necesario que existan manicomios para criminales, y que los locos no estén
en las prisiones, sino que se les interne en instituciones especiales.
En 1876
publica el “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”, en el
cual Lombroso expone su teoría. Se puede decir que con dicha obra comienza la
Criminología como ciencia Osorio (2011). En este libro, Lombroso utiliza criterios
obtenidos de sus estudios científicos para lograr la caracterización de seis
tipos diferentes de delincuentes. Gracias a su teoría del hombre criminal, establece
el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una
regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta
delincuente por ser innata (Lacayo, s.f.).
Los seis tipos de
delincuentes determinados por Lombroso fueron:
-
Delincuente nato
-
Delincuente loco moral
-
Delincuente epiléptico
-
Delincuente loco
-
Delincuente ocasional
-
Delincuente pasional
De acuerdo a
Alvares et al (2012) en otra de sus obras llamada “La Mujer Delincuente”, Lombroso
expone la teoría de la Criminalidad por equivalencia, afirmando que la mujer se
prostituye y por eso no delinque tanto como el hombre.
Cesare Lombroso
Fotografía tomada de: http://eduuozorio.blogspot.com/2011/12/principales-teoricos-de-la.html
Siguiendo con
los fundadores y representantes de la escuela positivista, le corresponde el
turno a Rafaelo Garófalo (1851-1934) quien fuera un abogado italiano, el cual fue
el primer autor en utilizar el término: criminología para referirse a la
ciencia de estudiar a los delincuentes, delitos y controles sociales
pertinentes a un crimen o a un potencial crimen (Ibarra, s.f.). En 1885 publicó
Criminología, referente por demás histórico del nacimiento de tal
disciplina. Lacayo (s.f.)
Para Garofalo
el que el positivismo se centrara exclusivamente en la figura del delincuente
en detrimento del delito era algo equivocado, por lo que él mismo define lo que
es delito desde una óptica tanto antropológica como psicológica. Hikal (2009)
nos comenta que para Garofalo el delito o acto criminal es aquel que va en
contra de los sentimientos de piedad y de probidad (honradez), por lo que un delincuente
es aquella persona que carece de estos sentimientos.
A diferencia de lo que la escuela clásica postulaba,
Garofalo creía que los factores sociales tenían escasa relevancia si parte del
principio de la existencia de condicionantes o valoraciones hereditarias, por
lo que el componente medioambiental ocupa un segundo lugar y aunque igualmente
compartía con Lombroso el hecho de que sus pensamientos y teorías iban en
contra de lo que se creía correcto por parte de la escuela clásica de la
criminología, Garofalo no estaba de acuerdo con Lombroso con la creencia en la
que se afirmaba que los crímenes tenían raíces puramente antropológicas, ya que
como se mencionó anteriormente, para él los crímenes combinaban componentes
tanto antropológicos como psicológicos. Lacayo (s.f.) menciona que Garofalo también coincide con Lombroso con la
idea de anomalía psíquica o moral, pero para él no es patológica, sino una
variación psíquica transmisible por vía hereditaria.
Rafaelo Garofalo
Fotografía tomada de: https://www.lifeder.com/raffaele-garofalo/
Garofalo establecería
una tipología de cuatro delincuentes (Hikal, 2009):
-
Asesinos.
-
Delincuentes violentos
-
Ladrones.
-
Criminales lascivos (degenerados).
Dentro de
esta categorización sólo será criminal el asesino.
Garofalo fue de
los que apoyó abiertamente la pena de muerte para el criminal, afirmaba que se debía
eliminar a todo aquel que perturbara la convivencia social. Lo anterior se
fundamenta en lo que propone Lacayo (s.f.) al decir que parte de la idea de la
existencia de selección natural de las especies, en este proceso se condena a
muerte a todo aquel que no se adapte al medio. “La sociedad como cualquier ente
natural debe eliminar a aquellos que por su conducta criminal demuestran que no
están adaptados a la vida civilizada”.
Por último y
no menos importante hablaremos de Enrico Ferri (1856-1929), quien fuera un
sociólogo italiano y es considerado el padre de la sociología criminal (Hikal,
2009). Ferri, como lo mencionamos en la segunda entrega, fue el que denominó a
la escuela clásica como tal, ya que se encontraba fuera de la línea de
pensamiento del positivismo. Esto lo logró gracias a sus estudios y
observaciones sociológicas, donde afirmaba, según Lacayo (s.f.) que el hombre
es una máquina que no posee autodeterminación con respecto a su conducta, sino
que ésta era completamente predeterminada por distintos factores que en cierto
momento invariablemente terminarían en la comisión de un delito. Igualmente, Alvarez, Montenegro y Martinez (2012)
señalan que Ferri rechazaba totalmente el libre albedrío en contraposición
total con la escuela clásica.
De lo
anterior, notamos que Ferri creía que no solamente las variables
socio-económicas influirían en un individuo a cometer un crimen, sino también de
la existencia de otras variables como las biológicas y las genéticas, las
cuales podrían igualmente influir en la realización de un crimen.
De acuerdo a Mariaca (2010) Ferri propone en su obra “Sustitutivos
Penales” que se deben implantar otras clases de penas, como por ejemplo la
readaptación, ya que las cárceles no consiguen ese fin y que por el contrario, son
causa de mayor criminalidad, pues sostiene que es en las cárceles donde se
forman individuos resentidos hacia la sociedad y al salir de ellas, cometen
delitos más atroces como una venganza a la sociedad que los condenó.
De lo anterior, ponemos concluir que Ferri tiene
toda la razón acerca del papel de las cárceles en nuestra sociedad, pues “las
cárceles deben servir para la readaptación, no para su empeoramiento (Mariaca,
2010)”. Y es que, actualmente, vemos todos los días casos donde el delincuente
es reincidente al no recibir un tratamiento adecuado mientras purgaba una condena
previa y si las cárceles son incapaces de crear espacios para la readaptación
del individuo y de su preparación a la reinserción a la sociedad, este tipo de
comportamientos y casos, irán aumentando y el gasto de los recursos en contener
y atacar la delincuencia serás escasos.
Enrico Ferri
Fotografía tomada
de: http://eduuozorio.blogspot.com/2011/12/principales-teoricos-de-la.html
Para
concluir, podemos señalar puntos importantes e interesantes de la escuela positivista,
el primero de ellos es el establecimiento del concepto criminología y con ello
el tratamiento dentro del panorama legal, sociológico y médico como una ciencia
verdadera.
Segundo,
la definición de los términos, delito, pena, delincuente, el objeto de estudio
a través del método científico y el rechazo al libre albedrío, rompiendo
cualquier relación con la naturaleza de la acción del ser humano por impulso o
razonamiento, sino que acuña el hecho de que el que comete un crimen contra la
sociedad, no es un hombre sano, por lo que no calza el libre albedrío en su
accionar y por lo tanto debe ser castigado de acuerdo al crimen cometido.
En
la próxima entrega, se hablará de la Escuela Ecléctica Clásica del siglo XIX.
Bibliografía.
Alvarez, G., Montenegro, M. y
Martinez, J. (2012). Unidad 1. Notas para la Historia de la Criminología.
En Texto de Apoyo
Didáctico. Facultad de Psicología, UNAM. 24 pp.
Hikal, W. (2009). Introducción al Estudio de la
Criminología. México. Editorial Porrúa.
Ibarra, M. (s.f).
Raffaele Garofalo: Biografía y Aportaciones. Recuperado de:
Mariaca, M. (2010). "Enrico
Ferri y la Sociologie criminelle". Recuperado de:
Molina, C. (1988). Evolución
Histórica de la Criminología: Ensayo de Criminología Académica.
Revista Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad Pontificia Bolivariana, 80, 123 –
165.
Lacayo, E. (s.f.). Fundamentos de
Criminología.
Osorio, E. (2011).
Psicología Criminológica. Recuperado de:
Sánchez, E. (2018). Cesare Lombroso y su clasificación de los
criminales. Recuperado de:
Excelente blog compañero.
ResponderEliminarEs interesante ver como a lo largo de la historia, el ser humano ha intentado explicar el comportamiento delictivo desde tan diversas perspectivas como la moral, la física, la psicológica, entre otros.
En el caso de la escuela positivista, me llamó poderosamente la atención el hecho de que la libre voluntad de elegir entre lo correcto y lo incorrecto es un criterio que para algunos de sus representante, por ejemplo, Lombroso, no existe sino asociado a algunas características físicas del sujeto de estudio, por tanto no hay relación con la moral o el pensamiento pero sí con la genética del individuo.
Gracias Diuned y de acuerdo con usted, este trabajo me resulto igualmente interesante, porque aprendi que desde la edad antigua muchas personas han tratado de entender y justificar el crimen.
EliminarYo soy de los que piensan que debe de haber algo más que el ambiente y las condiciones o variables del entorno, yo pienso que deb de haber una predidposición genética o biologica que haga a un individui see más afín a comenter un delito que otro.
Saludos,
Francisco Zúñiga