miércoles, 20 de febrero de 2019

Apuntes acerca de la Historia y Evolución de la Criminología. 3ra Parte (Escuela Positivista, s. XIX)

En el apartado anterior, se determinó que la escuela clásica fue denominada de esa forma por Enrico Ferri para diferenciarla de la escuela positivista, esto lo deja más claro Molina (1988) cuando plantea que esta escuela nace como una reacción contra el clasismo liberal.
Para Lacayo (s.f) la aparición del positivismo fue consecuencia del auge alcanzado por las ciencias naturales en los estudios filosóficos del siglo XIX, siendo adoptado por muchas disciplinas. Por esta razón, y a diferencia de la escuela clásica que centraba su pensamiento en el castigo, los positivistas centraron su pensamiento en el delincuente en materia política (Hikal, 2009), tratando de poner en práctica la observación de los hechos utilizando las ciencias y con ello el método científico.
Esto último, en mi opinión, es lo que comienza a darle un matiz más científico y menos filosófico a la criminología como objeto de estudio, como ciencia verdadera, ya que se comienza a estudiar el delito, y al delincuente desde una óptica científica ya sea biológica, genética, psicológica, etc., dejando de lado el entorno y el ambiente, considerando estos últimos como disparadores del comportamiento, pero no condicionales del mismo.
Hikal (2009) considera que esta escuela se limita al estudio de lo real, por lo que apoya lo que anteriormente se menciona al respecto de rechazar los pensamientos filosóficos de la escuela clásica.
Según Lacayo (s.f.) los postulados de la escuela positivista se pueden resumir como siguen:
-          El delito, como fenómeno natural y social producido por causas de orden biológico, físico y social.
-          El delincuente, como protagonista de la justicia penal y en general de la ciencia criminal.
-          La negación del libre albedrío, dado que siendo el delincuente un anormal, este carece de libertad de elección.
-          La pena, toda vez que al no existir el libre albedrío, los actos cometidos contra la sociedad deben tener un castigo de acuerdo al crimen cometido.
-          El método, se rechaza lo abstracto para dar paso al método científico y a la observación.
-          La conducta humana, determinada por factores tanto socio-económicos, como biológicos, psicológicos y físicos.
Augusto Comte (1798-1857) es considerado por Lacayo (s.f.) como padre del positivismo, ya que a partir de sus propuestas se inicia el interés de clasificar las ciencias, por lo que se puede decir que la escuela positivista basa su objeto de estudio en los hechos a lo cierto, utilizando las ciencias y el método científico para extrapolar los resultados encontrados a la parte jurídica del derecho legal.
Otros representantes y fundadores de esta corriente positivista a quienes Molina (1988) cita como “Los Evangelistas” fueron: Cesare Lombroso, Rafaelo Garofalo y Enrico Ferri.

Comenzaremos con Cesare Lombroso (1836-1909) quien fue un médico y antropólogo italiano, considerado por muchos como el padre de la criminología (Sánchez, 2018), o como el fundador de lo que es la criminología científica (Alvarez, Montenegro y Martínez, 2012). Este título se debe a que fue el primero que estableció criterios para la determinación y diferenciación del delincuente, de esto hablaremos más adelante.

Para Alvarez et al (2012) las aportaciones más destacadas de Lombroso a la escuela positivista son la aplicación del método inductivo-experimental al estudio de la delincuencia y su concepción del criminal nato.

Su trabajo se desarrolló principalmente en los hospitales públicos donde él trabajaba o daba clases y luego de participar en la guerra de Italia en 1859, regresa al hospital de Santa Eufemia de Pavia a trabajar en el área de psiquiatría, fundando un área de enfermos mentales y donde terminaría desarrollando todos sus trabajos. Es entonces que de acuerdo a Osorio (2011), Lombroso publica en 1872 el libro “Memorias sobre los Manicomios Criminales”, donde considera que es necesario que existan manicomios para criminales, y que los locos no estén en las prisiones, sino que se les interne en instituciones especiales.
En 1876 publica el “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”, en el cual Lombroso expone su teoría. Se puede decir que con dicha obra comienza la Criminología como ciencia Osorio (2011). En este libro, Lombroso utiliza criterios obtenidos de sus estudios científicos para lograr la caracterización de seis tipos diferentes de delincuentes. Gracias a su teoría del hombre criminal, establece el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata (Lacayo, s.f.).
Los seis tipos de delincuentes determinados por Lombroso fueron:
-          Delincuente nato
-          Delincuente loco moral
-          Delincuente epiléptico
-          Delincuente loco
-          Delincuente ocasional
-          Delincuente pasional

De acuerdo a Alvares et al (2012) en otra de sus obras llamada “La Mujer Delincuente”, Lombroso expone la teoría de la Criminalidad por equivalencia, afirmando que la mujer se prostituye y por eso no delinque tanto como el hombre.
Cesare Lombroso

Siguiendo con los fundadores y representantes de la escuela positivista, le corresponde el turno a Rafaelo Garófalo (1851-1934) quien fuera un abogado italiano, el cual fue el primer autor en utilizar el término: criminología para referirse a la ciencia de estudiar a los delincuentes, delitos y controles sociales pertinentes a un crimen o a un potencial crimen (Ibarra, s.f.). En 1885 publicó Criminología, referente por demás histórico del nacimiento de tal disciplina. Lacayo (s.f.)
Para Garofalo el que el positivismo se centrara exclusivamente en la figura del delincuente en detrimento del delito era algo equivocado, por lo que él mismo define lo que es delito desde una óptica tanto antropológica como psicológica. Hikal (2009) nos comenta que para Garofalo el delito o acto criminal es aquel que va en contra de los sentimientos de piedad y de probidad (honradez), por lo que un delincuente es aquella persona que carece de estos sentimientos.
A diferencia de lo que la escuela clásica postulaba, Garofalo creía que los factores sociales tenían escasa relevancia si parte del principio de la existencia de condicionantes o valoraciones hereditarias, por lo que el componente medioambiental ocupa un segundo lugar y aunque igualmente compartía con Lombroso el hecho de que sus pensamientos y teorías iban en contra de lo que se creía correcto por parte de la escuela clásica de la criminología, Garofalo no estaba de acuerdo con Lombroso con la creencia en la que se afirmaba que los crímenes tenían raíces puramente antropológicas, ya que como se mencionó anteriormente, para él los crímenes combinaban componentes tanto antropológicos como psicológicos. Lacayo (s.f.) menciona que  Garofalo también coincide con Lombroso con la idea de anomalía psíquica o moral, pero para él no es patológica, sino una variación psíquica transmisible por vía hereditaria.



          Rafaelo Garofalo



Garofalo establecería una tipología de cuatro delincuentes (Hikal, 2009):
-          Asesinos.
-          Delincuentes violentos
-          Ladrones.
-          Criminales lascivos (degenerados).
Dentro de esta categorización sólo será criminal el asesino.
Garofalo fue de los que apoyó abiertamente la pena de muerte para el criminal, afirmaba que se debía eliminar a todo aquel que perturbara la convivencia social. Lo anterior se fundamenta en lo que propone Lacayo (s.f.) al decir que parte de la idea de la existencia de selección natural de las especies, en este proceso se condena a muerte a todo aquel que no se adapte al medio. “La sociedad como cualquier ente natural debe eliminar a aquellos que por su conducta criminal demuestran que no están adaptados a la vida civilizada”.
Por último y no menos importante hablaremos de Enrico Ferri (1856-1929), quien fuera un sociólogo italiano y es considerado el padre de la sociología criminal (Hikal, 2009). Ferri, como lo mencionamos en la segunda entrega, fue el que denominó a la escuela clásica como tal, ya que se encontraba fuera de la línea de pensamiento del positivismo. Esto lo logró gracias a sus estudios y observaciones sociológicas, donde afirmaba, según Lacayo (s.f.) que el hombre es una máquina que no posee autodeterminación con respecto a su conducta, sino que ésta era completamente predeterminada por distintos factores que en cierto momento invariablemente terminarían en la comisión de un delito. Igualmente, Alvarez, Montenegro y Martinez (2012) señalan que Ferri rechazaba totalmente el libre albedrío en contraposición total con la escuela clásica.
De lo anterior, notamos que Ferri creía que no solamente las variables socio-económicas influirían en un individuo a cometer un crimen, sino también de la existencia de otras variables como las biológicas y las genéticas, las cuales podrían igualmente influir en la realización de un crimen.
De acuerdo a Mariaca (2010) Ferri propone en su obra “Sustitutivos Penales” que se deben implantar otras clases de penas, como por ejemplo la readaptación, ya que las cárceles no consiguen ese fin y que por el contrario, son causa de mayor criminalidad, pues sostiene que es en las cárceles donde se forman individuos resentidos hacia la sociedad y al salir de ellas, cometen delitos más atroces como una venganza a la sociedad que los condenó.
De lo anterior, ponemos concluir que Ferri tiene toda la razón acerca del papel de las cárceles en nuestra sociedad, pues “las cárceles deben servir para la readaptación, no para su empeoramiento (Mariaca, 2010)”. Y es que, actualmente, vemos todos los días casos donde el delincuente es reincidente al no recibir un tratamiento adecuado mientras purgaba una condena previa y si las cárceles son incapaces de crear espacios para la readaptación del individuo y de su preparación a la reinserción a la sociedad, este tipo de comportamientos y casos, irán aumentando y el gasto de los recursos en contener y atacar la delincuencia serás escasos.



    Enrico Ferri

Para concluir, podemos señalar puntos importantes e interesantes de la escuela positivista, el primero de ellos es el establecimiento del concepto criminología y con ello el tratamiento dentro del panorama legal, sociológico y médico como una ciencia verdadera.
Segundo, la definición de los términos, delito, pena, delincuente, el objeto de estudio a través del método científico y el rechazo al libre albedrío, rompiendo cualquier relación con la naturaleza de la acción del ser humano por impulso o razonamiento, sino que acuña el hecho de que el que comete un crimen contra la sociedad, no es un hombre sano, por lo que no calza el libre albedrío en su accionar y por lo tanto debe ser castigado de acuerdo al crimen cometido.  
En la próxima entrega, se hablará de la Escuela Ecléctica Clásica del siglo XIX.
Bibliografía.
Alvarez, G., Montenegro, M. y Martinez, J. (2012). Unidad 1. Notas para la Historia de la Criminología. En Texto de Apoyo Didáctico. Facultad de Psicología, UNAM. 24 pp.

Hikal, W. (2009). Introducción al Estudio de la Criminología. México. Editorial Porrúa.

Ibarra, M. (s.f). Raffaele Garofalo: Biografía y Aportaciones. Recuperado de:

Mariaca, M. (2010).  "Enrico Ferri y la Sociologie criminelle". Recuperado de:

Molina, C. (1988). Evolución Histórica de la Criminología: Ensayo de Criminología Académica.  
           Revista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad Pontificia Bolivariana, 80, 123             – 165.

Lacayo, E. (s.f.). Fundamentos de Criminología.

Osorio, E. (2011). Psicología Criminológica. Recuperado de:

Sánchez, E. (2018). Cesare Lombroso y su clasificación de los criminales. Recuperado de:



2 comentarios:

  1. Excelente blog compañero.
    Es interesante ver como a lo largo de la historia, el ser humano ha intentado explicar el comportamiento delictivo desde tan diversas perspectivas como la moral, la física, la psicológica, entre otros.
    En el caso de la escuela positivista, me llamó poderosamente la atención el hecho de que la libre voluntad de elegir entre lo correcto y lo incorrecto es un criterio que para algunos de sus representante, por ejemplo, Lombroso, no existe sino asociado a algunas características físicas del sujeto de estudio, por tanto no hay relación con la moral o el pensamiento pero sí con la genética del individuo.

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    1. Gracias Diuned y de acuerdo con usted, este trabajo me resulto igualmente interesante, porque aprendi que desde la edad antigua muchas personas han tratado de entender y justificar el crimen.
      Yo soy de los que piensan que debe de haber algo más que el ambiente y las condiciones o variables del entorno, yo pienso que deb de haber una predidposición genética o biologica que haga a un individui see más afín a comenter un delito que otro.

      Saludos,

      Francisco Zúñiga

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