La pregunta acerca de porqué quise empezar
Criminología queda para otra oportunidad, pero debo decir que me ha despertado
gran interés el leer e investigar un poco acerca de ella.
De lo más interesante que he descubierto, es el
hecho de que tiene una amplia historia y una notoria evolución a través de los
siglos y es de esto de que voy a escribir en los próximos días.
Comenzaré diciendo que entre el siglo XVIII y
el siglo XIX, se reconocen al menos
cinco escuelas, bien diferenciadas que marcaron el desarrollo y evolución de la
Criminología, pero antes de hablar un poco de cada una, comenzaré haciendo un
recorrido a lo que ocurrió antes del siglo XVIII, para luego abarcar poco a
poco los siglos posteriores.
Al principio fueron los mismos filósofos
griegos los que comenzaron a tener inquietudes con respecto a la naturaleza del
crimen, Hikal (2009) menciona a Aristóteles entre los muchos pensadores de su
época quienes cuestionaban la naturaleza del origen de los crímenes o bien de
los criminales, proponiendo penas para evitar la reincidencia.
Se debe de considerar que para aquellas épocas,
tanto el método científico, como las variables del entorno social, eran muy
diferentes a las que actualmente poseemos, sin embargo, se tenía la noción de
lo que estaba bien y mal (en su contexto cultural de la época) donde, por
ejemplo: la esclavitud, era una práctica permitida tanto social, como
económica, y si a lo anterior sumamos el hecho de que culturalmente existían
tradiciones que hoy en día nos podrían parecer bárbaras o primitivas por su
violencia, en aquellos tiempos eran permitidas, por lo que los crímenes
normalmente eran penados con la muerte o con algún castigo que hoy en día se
vería cruel o inhumano.
La posibilidad de acceso a la educación a los
estratos sociales más desprotegidos, ha sido desde siempre uno de los
argumentos utilizados por muchos intelectuales (de la antigüedad y de la era
actual) para solucionar muchos de los problemas sociales que vive nuestra
sociedad, lo anterior, podría sonar muy lógico, puesto que las personas con
mejor educación deberían poder tener la mayor probabilidad de desarrollar
habilidades que les permita ejercer un oficio o profesión y recibir algún
reconocimiento económico a cambio de su
trabajo o labor, es decir no necesitaban cometer ningún crimen para generar
recursos que les permitan sobrevivir o bien tener los recursos mínimos para
poder hacerlo. Esto último, sabemos que no es del todo correcto.
Entonces, ¿qué es lo que hace que un individuo
cometa algún crimen, aun sabiendo que sus necesidades más básicas (las
fisiológicas según la Pirámide de Maslow) están siendo satisfechas? Pues
precisamente, de esto trato en parte la Criminología, del estudio del crimen,
de su naturaleza, de sus variables y de la forma en que todos los anteriores se
suman para dar un efecto en particular en cada individuo.
El objetivo de esta entrega, es hacer un
recorrido histórico desde los primeros intentos de naturalizar o conceptualizar
el crimen y por ende entender su motivación y naturaleza, hasta los años
posteriores donde muchos pensadores, filósofos, abogados, estadistas,
sociólogos y psicólogos, entre muchos otros profesionales y científicos,
estudiaran y conceptualizaron el crimen como objeto de estudio.
Se tratará de establecer el momento histórico
de los acontecimientos que promovieron el nacimiento de las diferentes escuelas
y corrientes de la Criminología desde el Siglo XVIII hasta nuestros días,
revisando y resaltando los mejores o más importantes aportes de los personajes
de esa época en particular, lo cual permitió una evolución y desarrollo de la
Criminología como ciencia.
De acuerdo al momento histórico y a los aportes
de los personajes claves de la época, vamos a dividir el estudio de la
siguiente manera:
-
Antecedentes
de la Criminología (Edad Antigua, Edad Media, Ilustración)
-
Escuela
Clásica (Siglo XVIII)
-
Escuela
Positivista (Siglo XIX)
-
Escuela
Ecléctica (Siglo XIX)
-
Escuela
moral o cartográfica (Siglo XIX)
-
Principales
escuelas criminológicas del siglo XX
Comenzaremos entonces con lo que sucedía con
la Criminología antes del siglo XVIII.
Antecedentes
de la Criminología (Edad Antigua, Edad Media, Ilustración)
Muchísimo tiempo antes del establecimiento de la
Escuela Clásica (s. XVIII), hubo muchos que ya se habían manifestado acerca de
la naturaleza del crimen, sus patrones, sus características y sus motivos, en
palabras de Hikal (2009) la Criminología ya existía hace siglos, existe desde
que existe el crimen.
De acuerdo a Alvarez, Montenegro y Martinez
(2012) fue Tomás Moro (1478-1535) (González, 2002) el primero en destacar la vinculación del crimen con los
factores socioeconómicos y con la estructura social. Como vimos antes, ya
algunos pensadores habían asociado el crimen con el entorno socio-económico y
educativo del individuo, pero fue Moro el que lo manifestó en diversas
propuestas y en su libro “Utopía”, el trata de narrar la existencia de un estado
ideal (de ahí el título del libro) donde no solamente no existen pobres, sino
que todos son felices, sin necesidades, ni guerras, ni sufrimiento. Hikal
(2009) y Alvarez et al (2012) relacionan a Moro como el representante principal
del pensamiento o corriente utópica.
Tomás Moro.
En su libro, Hilka (2009) establece que Moro
aporta a la Criminología la tesis de la conexión del crimen con la estructura
de la sociedad y que el crimen responde a una serie de factores, entre ellos y
el más destacado, el económico.
Otro personaje que destaca antes del
establecimiento de la Criminología como ciencia es el italiano Césare Beccaria
(1738-1794) (Alvarez et al, 2012), el siendo abogado, publica “El tratado del
delito y de la pena” (traducción personal), en el cual y de acuerdo a Hikal
(2009) “denuncia contra la pena de muerte, la tortura y en general contra la
desproporción entre los delitos cometidos y los castigos aplicados”. Beccaria, entre
otras cosas, abogaría por una mejor educación para evitar los delitos, así como
la promoción de la aplicación de penas justas y no desproporcionadas, buscando evidentemente
disminuir la criminalidad en la sociedad. El abordaje de una mejor educación para
disminuir la criminalidad, es una tesis que hoy en día seguimos utilizando y
promoviendo, sin embargo, ya hemos visto que no solamente una buena educación
es suficiente para evitar los actos delictivos. De hecho, la tesis de una mejor
educación, no libra al individuo de cometer crímenes para inclusive obtener
buenas notas, becas o beneficios adicionales en el entorno educativo mismo, por
lo que de nuevo, no es solamente la educación lo que aseguraría la disminución
del crimen.
Césare Beccaria.
Fotografía
tomada de: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/5652/Cesare%20Beccaria
En este apartado, consideraremos por último al pensador suizo, Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) (Alvarez et al, 2012), quien publica en 1762 “El contrato social” donde según Hikal (2009) el autor parte de que todo hombre es bueno al principio y que es el entorno (la sociedad) quien lo pervierte. Así mismo, Alvarez et al (2012) dice que Rousseau establece que el crimen, evidencia la mala estructuración del pacto social y la desorganización del Estado.
Esta tesis por sí sola, puede ser más que
convincente, sin embargo, ahora sabemos que los individuos heredan biológica y
genéticamente hablando, características innatas que los predisponen a cometer
actos ilícitos, si a lo anterior le sumamos las variables social y cultural,
como variables que se deben considerar dentro de la ecuación de la naturaleza
del crimen, tendremos a un ser humano, predispuesto a delinquir y no sentirá
remordimiento alguno por ello, pues ya traía esa información en su impronta
genética, la cual se vio favorecida por el ambiente donde se ha desarrollado.
Esto es porque no se puede obviar que aunque es evidente que el individuo nace “inocente”,
la ciencia nos aporta el conocimiento de considerar variables biológicas y
genéticas que sabemos que perfectamente predisponen al individuo a desarrollar
patologías de carácter mental o fisiológicas que lo hacen cometer crímenes.
Juan Jacobo Rousseau
Fotografía
tomada de: https://www.jornada.com.mx/2012/06/28/cultura/a03n1cul#
Los anteriores personajes nos permiten
establecer ideas al respecto de las variables que afectan el nacimiento,
propagación o establecimiento del crimen en una sociedad, ya que todos ellos fortalecen
la posición y tesis de que existe una relación directa entre las condiciones de
desarrollo del individuo (según las variables económicas, sociales, educativas
y culturales de la sociedad) con respecto al crimen, al delincuente y a la
naturaleza de ambos.
En la próxima entrega, se hablará de la Escuela
Clásica del siglo XVIII, primera escuela establecida donde la Criminología
comienza a dar sus primeros pasos como una ciencia.
Bibliografía
Alvarez,
G., Montenegro, M. y Martinez, J. (2012). Unidad 1. Notas para la Historia de
la Criminología. En Texto de Apoyo Didáctico. Facultad de Psicología, UNAM. 24 pp.
Hikal, W. (2009). Introducción al Estudio de la
Criminología. México. Editorial Porrúa.
Documento
en línea
González, M. (2002). Moro, un hombre íntegro. [en
línea]. Crónica El Mundo, España. Recuperado de: https://www.elmundo.es/cronica/2002/348/1024301239.html
Jiménez, A. (2012). Rousseau
inspira “lucha libertaria de los jóvenes en México”. [en línea]. La
Jornada,
México.
Recuperado de: https://www.jornada.com.mx/2012/06/28/cultura/a03n1cul#
Moreno, V. y Ramírez, M. (2018). Cesare Beccaria. [en línea].
Recuperado de: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/5652/Cesare%20Beccaria
Sánchez, B. (2017). Utopía (Reseña), [en línea].
Guadalajara, México. Recuperado de: http://www.cailegdl.com/leer/utopia-resena/
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