Lo difícil, es saber callar, pensar, informarse y razonar
acerca del tema, ver de qué forma me afecta a mí o a otros y luego de todo
ello, tomar un posición, o bien ninguna (hay cosas que realmente no nos deben
de importar).
En cuestión de sexualidad, diversidad sexual, religión y
política hay y habrán posiciones diversas y encontradas siempre, ¿por qué
entonces no buscar convergencias en lugar de divergencias?, simple… siempre
habrán personas con pensamientos radicales que no permiten la apertura a la discusión,
o bien no aceptarán nunca diferentes argumentos o pensamientos que atenten
contra el dogma.
Hablando por ejemplo de la religión, decía hace unos años
un sacerdote de nombre Fernando (no recuerdo su apellido): “el
problema de la religión, no es la religión como tal, son los fanáticos
religiosos, aquellos que dogmatizaban las ideas sobre la razón”.
Lo anterior aplica para todos los pensamientos (o casi
todos), el fanático o radical (que desde mi punto de vista y con todo respeto
es lo mismo) no es capaz de ver más allá de lo que el dogma dice y no tolera lo
que atente contra su posición, sea cual sea ésta.Es entonces la tolerancia lo que nos acerca más a nuestra naturaleza de seres humanos racionales, porque al respetar y conceder la opinión de terceros, por más diversa y alejada que sea de la nuestra, nos hacemos un lugar propio en el pensamiento y razonamiento de ellos mismos.
Yo creo que sólo el abuso y el maltrato se salen de lo racional, por
lo tanto no se combaten con indiferencia y mucho menos con tolerancia, el maltrato
y el abuso no se puede tolerar, porque sea directa o indirectamente, ambos atentan contra la integridad de los seres humanos.
“Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.” Mahatma Gandhi (1869-1948)